Nombramiento de Nazarena de Honor 2020

La elección de Nazareno de Honor es para mí, como presidente de la Junta Central, uno de los momentos más importantes. Es un verdadero privilegio distinguir a una persona para representar a todos los cofrades jumillanos. Aunque también un sabor agridulce al no poder nombrar a todos los que lo merecerían.

Como he dicho en ocasiones anteriores considero que para la elección de Nazareno de Honor, hay que tener en cuenta no sólo la trayectoria en su Hermandad o Cofradía, sino sobre todo, el trabajo en pro de nuestra Semana Santa y la implicación con la Junta Central y sus actos.

Nuestro Nazareno de Honor 2020 no recuerda a qué edad se vistió por primera vez de capurucho, pues las túnicas y ornamentos procesionales forman parte de su vida desde que tiene uso de razón.

La familia es la cuna de nuestro ser, es el lugar donde empezamos a vivir la fe, a comprender el amor de Dios y también en muchos casos, como el que nos ocupa, a sentirnos nazarenos. Y la familia del Nazareno de Honor está unida a la Semana Santa jumillana desde hace varias generaciones.

Como no podía ser de otra forma, fue en casa, entre estandarte, faroles, tulipas y demás enseres procesionales, donde, junto a sus hermanos, aprende a amar la Semana Santa. Por sus venas corre sangre semanasantera y esta pasión por la Semana Santa es la que transmite a sus hijos, pero también a los jóvenes de su Cofradía y a todos los que tiene alrededor. Desde muy joven asume responsabilidades en su Hermandad y ya en 1989 asiste a su primera reunión de Junta Central, celebrada en la Heladería de Victoriano.

En 1990 además de la presidencia de su Hermandad entra como vocal en la Directiva de la Junta Central, cargo en el que cesó en 1993 por motivos familiares, aunque continuó en la presidencia hasta 1995.

Seguro que a estas alturas muchos de vosotros ya sabéis de quién estoy hablando, y estaréis conmigo en que merece este nombramiento, que es un reconocimiento a su trayectoria y a la vez espero, que un estímulo para seguir trabajando por la excelencia de nuestra Semana Santa, en los muchos años que tiene por delante.

Pocos detalles más puedo dar sin que se me escape su nombre, pero debo continuar. Tras unos años fuera de la Junta Central, aunque desde su Hermandad siempre ha estado trabajando por engrandecer nuestra Semana Santa, en 2017, a petición mía, se reincorpora a la Junta y os confieso que me ha impresionado su capacidad de trabajo, su implicación, su buen hacer como nexo de unión entre unos y otros, siempre haciendo equipo. No duda en exponer abiertamente su opinión, aunque sabe dejar atrás intereses personales. Pone su sonrisa y buen humor en todo lo que emprende y entre otras muchas cosas ha sido fundamental para que hoy sea una realidad el grupo de jóvenes cofrades.

Samaritana hasta la médula, apasionada por la Semana Santa está implicada de lleno en todas las actividades, grupos y comisiones de la Junta Central. Ahora sí, es para mí un honor nombrar Nazarena de Honor 2020 a Dña. Inmaculada González Montoya, secretaria de la Junta Central. ¡Muchas felicidades Inma! Nazarena de Honor 2020.